viernes, 20 de febrero de 2009

Un día peronista: La falange maravillosa

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jueves, 10 de abril de 2008

Marcha Peronista

http://www.sitiosargentina.com.ar/imagenes-2007/Marcha%20-%20Hugo%20del%20Carril.mp3

Foro Doctrinario

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miércoles, 9 de abril de 2008

Juventud Somos Tus Manos


Esta carta fue escrita por Juan Domingo Perón y enterrada en la base de la Pirámide de Mayo el 12 de agosto de 1948. Debería haber sido desenterrada el 12 de agosto de 2006, en el bicentenario de la reconquista de Buenos Aires luego de la primera invasión inglesa.
Los hombres de la resistencia del Movimiento Nacional Justicialista conservaron este mensaje, que fue leído en la fecha y tal como lo pidiera el Gral. Perón por los jóvenes de la JUP, en Plaza de Mayo.

Mensaje a los Jóvenes del Año 2000
La juventud argentina del año 2000 querrá volver sus ojos hacia el pasado y exigir a la historia una rendición de cuentas encaminada a enjuiciar el uso que los gobernantes de todos los tiempos han hecho del sagrado depósito que en sus manos fueron poniendo las generaciones precedentes, y también si sus actos y sus doctrinas fueron suficientes para llevar el bienestar a sus pueblos y para conseguir la paz entre las naciones.
Por desgracia para nosotros, ese balance no nos ha sido favorable. Anticipémonos a él para que conste, al menos, nuestra buena fe y confesemos lealmente que ni los rectores de los pueblos ni las masas regidas, han sabido lograr el camino de la felicidad individual y colectiva.
En el transcurso de los siglos hemos progresado de manera gigantesca en el orden material y científico, y si cada día se avanza en la limitación del dolor, es solamente en su aspecto físico, porque en el moral, el camino recorrido ha sido pequeño.
El egoísmo ha regido muchas veces los actos de gobierno y no es el amor al prójimo, ni siquiera la compasión o la tolerancia, lo que mueve las determinaciones humanas.
Esa acusación resulta aplicable tanto a los pueblos como a los individuos. Cierto que en uno y en otros se dan ejemplos de altruismo, pero como hechos aislados de poca o ninguna influencia en la marcha de la humanidad. Es cierto que en ocasiones parece que se ha dado un gran impulso en favor de los nobles ideales y de las causas justas, pero la realidad nos llama a sí y nos hace ver que todo era una ilusión. Apenas terminada la guerra, ponemos nuestra esperanza en que ha de ser la última porque las diferencias entre las naciones se han de resolver por las vías del derecho aplicado por los organismos internacionales. Pocos años bastan para demostrarnos con un conflicto bélico de mayores proporciones el tremendo error en que habíamos caído. Hasta el aspecto caballeresco de las batallas se ha perdido y hoy vemos con el corazón empedernido como al cabo de veinte siglos de civilización cristiana, caen en la lucha niños, mujeres y ancianos.
Apenas un conflicto social ha sido resuelto vemos asomar otro, de más grandes proporciones, no siempre solucionado por las vías de la inteligencia y de la armonía sino por la coacción estatal o de las propias partes contendientes más fuertes, no el del mejor derecho.
Frente a esta lamentable realidad: ¿de qué han servido las doctrinas políticas, las teorías económicas y las elucubraciones sociales?. Ni las democracias ni las tiranías, ni los empirismos antiguos ni los conceptos modernos han sido suficientes para quietar las pasiones o para coordinar los anhelos. La libertad misma queda limitada a una hermosa palabra, de muy escaso contenido, pues cada cual la entiende y la aplica en su propio beneficio. El capitalismo se vale de ella no para elevar la condición de los trabajadores procurando su bienestar, sino para deprimirles y explotarles. Los poseedores de la riqueza no quieren compartirla con los desposeídos sino aceptarla y monopolizarla. E inversamente, los falsos apóstoles del proletariado quieren la libertad más para usarla como un arma en la lucha de clases que para obtener lo que sus reivindicaciones tengan de justas.
No ha empezado a alborar el liberalismo económico cuando -para impedir sus aplausos- tiene el Estado que iniciar una intervención cada vez más intensa a fin de evitar el daño entre las partes y el daño a la colectividad. Pero tampoco su intervencionismo constituye un remedio eficaz porque, o es partidista, o busca anular las libertades individuales y con ellas a la propia persona humana.
El mundo ha fracasado. Mas este fracaso, ¿será tan absoluto que no deje un mínimo resquicio a la esperanza?. Posiblemente podamos mantener el optimismo con la ilusión de que el avance de la humanidad hacia su bienestar es tan lento que no lo percibimos, pero de cada evolución queda una partícula aprovechable para el mejor desarrollo de la humanidad. El avance es invisible y está oculto por sus propios vicios a que antes he aludido, pero no por eso deja de existir.
Se haría más perceptible si cada uno de nosotros se despojase de algo propio en beneficio de sus semejantes, si tratase de dirigir las disputas con la razón y no con la violencia. Dentro de mis posibilidades así he procurado hacerlo y, en este sentido, he orientado mi labor de gobernante. Válgame por lo menos la intención y sea ella la que juzguen y valoren mis críticos del porvenir.
La humanidad debe comprender que hay que formar una juventud inspirada en otros sentimientos, que sea capaz de realizar lo que nosotros no hemos sido capaces. Esa es la verdad más grande que en estos tiempos debemos sustentar sin egoísmos, porque éstos nos han conducido solamente a desastres.
En nuestra querida Argentina, el panorama descrito se ha sentido sin ser cruento, pero en el orden general, los hechos prueban que ha sido el acierto la resolución que ha precedido nuestra realidad. La independencia política que heredamos de nuestros mayores hasta nuestros días, no había sido colectivizada por la independencia económica que permitiera decir con verdad que constituíamos una nación socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana.
Por eso nosotros hemos luchado sin descanso para imponer la justicia social que suprimiera la miseria en medio de la abundancia; por eso hemos declarado y realizado la independencia económica que nos permitiera reconquistar lo perdido y crear una Argentina para los argentinos, y por eso nosotros vivimos velando porque la soberanía de la Patria sea inviolable o inviolada mientras haya un argentino que pueda oponer su pecho al avance de toda prepotencia extranjera, destinada a menguar el derecho que cada argentino tiene de decidir por sí dentro de las fronteras de su tierra.
Contra un mundo que ha fracasado, dejamos una doctrina justa y un programa de acción para ser cumplido por nuestra juventud: esa será su responsabilidad ante la Historia.
¡Quiera Dios que ese juicio les sea favorable y que al leer este mensaje de un humilde argentino, que amó mucho a su Patria y trató de servirla honradamente, podáis -hermanos del 2000- lanzar vuestra mirada sobre la Gran Argentina que soñamos, por la cual vivimos, luchamos y sufrimos!"
Juan Domingo Perón

Somos Tus Manos



¿ PORQUE SOMOS TUS MANOS ?
Hace 14000 años, nuestros remotos antepasados, primeros ocupantes del éste, nuestro hogar, dejaron marcados en la piedra del Río Pinturas, en la actual provincia de Santa Cruz, un mensaje para todos aquellos de sus descendientes que quisieran comprenderlo.
En diferentes etapas de nuestra historia, que no es en manera alguna corta aunque siga siendo joven, los argentinos que así nos llamamos desde el 1600 hemos ido comprendiendo el sentido del mensaje completándolo, extendiéndolo y realizándolo durante los últimos 400 años. Desde 1532 toda América y en distintas oportunidades cada uno de sus pueblos y también nosotros, hasta hechos sumamente recientes, hemos sido bautizados y fundados por la cruz, defendidos por la espada, la inteligencia, la entrega y el compromiso de nuestros mejores hombres y mujeres en el esfuerzo largo y titánico de mantener libres e independientes a nuestros pueblos y a nuestras naciones.
Pero lo mejor de América y por consiguiente de la argentina, sus pueblos, nuestro pueblo fue quien más donó y quienes más hicieron para mantener viva la obra de su propio destino.
Las manos del Río Pinturas han marcado, sabiéndolo o no, e ahí el milagro la meta fundamental y la tarea principal de la construcción de un nuevo mundo, obra común, tanto colectiva como personal preparada para el momento histórico en que la humanidad requiriera su rescate de una civilización en agonía, para verterla y convertirla en una NUEVA CIVILIZACION en una NUEVA EPOCA y En un Nuevo Mundo.
Las manos son el símbolo ineludible del hacer del hombre como mayordomo de la creación del mundo que habita, como defensor principal de lo creado y como señor de su mundo; las manos son también el símbolo actual de lo que es necesario hacer para no permitir que se nos convierta en viles esclavos "sin manos" a todos los argentinos que hemos visto destruir nuestro mundo, enajenarlo y convertirlo en el actual campo de concentración de 50 millones de seres humanos cuyo destino no puede ser la miserable muerte y la mas miserable vida que nos programan los diversos constructores de campos del globalismo post-capitalista y también los "otros", pues no se trata de "cambiarle el collar al perro sino de dejar de ser perro".
La nefasta época que hemos vivido del impedir hacer y de dejar que otros hagan, comenzó o mejor dicho fue completada cuando en un incalificable e infame acto le fueron cortadas las manos al cadáver del que fuera el más grande argentino del siglo XX, el Tte. Gral. Juan Domingo Perón.

Los que constituimos este ámbito "Somos tus Manos", comprendiendo que nuestras rencillas y divisiones, nuestras mezquindades y nuestros recelos, corren también parejas con nuestra entrega y deseo de servicio al pueblo y a la patria, con algunas virtudes que hemos guardado por entre nuestros defectos y por la voluntad que nos reúne, para decir y manifestar que:
¡AQUÍ ESTAN LAS MANOS DE JUAN PERON!
¡NOSOTROS somos tus manos mi GENERAL!
Por entre la cobardía, el interés personal, los errores, las presiones y los falsos profetas, la Verdad se abre camino y en esa medida también se realiza la unión de quienes habían separado el odio sembrado con malicia, odio que produjo también los desastres a los que ha sido sometido todo el pueblo argentino y la Patria misma.
Hemos sido parte y protagonistas también de uno de los procesos más definitivos y también, quizás, más confuso del Movimiento Nacional y de su acción en el sentido constante del nacimiento de la Argentina tal cual debe ser: Grande, Fraternal, Justa y Feliz.
El nacimiento y desarrollo de las grandes organizaciones de militancia en el periodo 1965 – 1975, y todo lo que les fue conexo, permitió y alentó la energía que floreció un 17 de Noviembre de 1972 y donó a la Patria la sangre y la vida de sus mejores hijos en el anhelo de todo un Pueblo cuyo momento estelar nada ni nadie podrá borrar de su memoria.
Todos el PUEBLO argentinos colaboró en la gesta del Retorno del Jefe de la Nación Argentina a su hogar, en la derrota ignominiosa del régimen que luego ha logrado encaramarse nuevamente en el poder en el vano intento de destruir y destruirnos definitivamente resultando en la espiral de su propia aniquilación.

Las grandes organizaciones de militancia con sus diversidades y sus diferencias, con sus conflictos, sus dudas y sus errores nutrieron la ultima etapa de la confirmación definitiva de la Argentina en sus posibilidades y su identidad, y pese a ser derrotada en sus finalidades expresadas han triunfado en sus metas y sus objetivos profundos ya que el Movimiento Nacional ha sobrevivido aun a costa de su transfiguración y la Argentina puede encarar hoy su reconstitución como Nación y Pueblo justo y Soberano, porque "Las Manos del Gral. Perón", han comprendido que deben trabajar juntas, para expulsar a los mercaderes del templo y contribuir a edificar la nueva Patria que todos deseamos.
Es menester en este proceso no olvidar a los que han militado en estructuras de carácter diferente al nuestro, pero siempre dentro del movimiento Nacional y Popular y estrecharnos públicamente en un abrazo que selle la unión necesaria Para la tarea histórica que estamos

dispuestos a contribuir a alcanzar. Este no es solo nuestro empeño, sino nuestra realidad y nuestro compromiso, abandonar el odio fraticida impuesto en el campo del amigo por el propio enemigo, imponiendo el perdón, el reencuentro y el amor a la Patria en este compromiso que renovamos que es el verdadero homenaje que debemos rendir a nuestros caídos por la reconciliación del Pueblo Argentino.
Esta época vil de la división y la lucha fraticida debe cerrarse con la caída del régimen que en la medida de ser beneficiario del desastre, ha sido también quien lo prohijara y lo extendiera, pretendiendo prolongarlo en una sobrevida a la que asistimos todos en el medio del caos al que nos quieren llevar para volver a presentarse con nuevas "caretas" al cabo de la crisis, quienes en ella nos sumieron, como los elementos que pueden resolverla.
La generación que nos antecedió y a la que muchos de nuestros queridos compañeros pertenecen, que esto dicho sea de paso sin adherir a una teoría de las generaciones que solo ha servido para hundir a la Patria y al Pueblo en la actual situación en la que se encuentra, ha dado su vida en la sana y alta intención del servicio, no solamente en la entrega de la sangre generosa, sino también en la vida toda de hombres y mujeres que han honrado su compromiso en el objetivo de justicia, de felicidad y de grandeza que nos esperan tal cual es el actual horizonte.
Saldar definitivamente un pasado neblinoso, saltar por encima de los "profetas del odio", resistir las presiones y las tentaciones de un presente de indigencia y de marginación, no son obra de un acto, de un ramo de voluntades, ni menos aun de una maniobra que nos condenaría para siempre; son la obra de la recuperación para nuestro pueblo y nuestra Patria de todo lo que le ha sido sustraído, para instalar nuevamente en su sitio la voluntad del pueblo organizado, adoctrinado y digno que recupere la Patria para todos los argentinos, que contribuya a reunir a todos los pueblos de América con su generosidad de siempre, y que le de el golpe de gracia al régimen concentracionario y esclavista cuya máscara ya ha caído demostrándonos su debilidad y su naturaleza enferma.
El futuro y nuestro pueblo darán cuenta de nosotros cuando la obra este en camino, por ahora e aquí las MANOS AL SERVICIO DE LA PATRIA Y EL PUEBLO.


la irrenunciable obra de resucitación del Movimiento Nacional se pone en marcha, nada ni nadie podrá detenerlo si esta amparado por la Providencia a la cual dejamos que guíe nuestros pasos.